samedi 4 juillet 2020

MEXICO DF, CHIAPAS, SOUTH YUCATAN 2016 December

El haber visitado ya en 2005 Tikal, Chichicastenango y La Antigua (en Guatemala), Chichen Itzá, Tulum y Cobá (en Mexico) y en 2014 Xunantunich y Cahal Pech (en Belice) ayudó a una mejor interiorización de lo que se nos avecinaba en este viaje, prometedor y excitante.

Nos propusimos alquilar un coche y recorrer (en total) 1.800 km por Chiapas y el sur de Yucatán, con una primera noche obligada en Ciudad de Mexico y dos vuelos internos (DF-Tuxtla y Chetumal-DF).

13 días que nos han dejado un excelente sabor de boca, no solo por lo gastronómico (excelentes tamales, tacos de todo tipo, guacamoles con totopos, y salsas de picosas a "muy" picosas) y los sorprendentes vinos mexicanos de Baja California, sino porque al final ha resultado ser un fascinante "viaje por el tiempo".


Dos partes MUY diferenciadas: 7 días de naturaleza casi mística (pueblos y cultura indígena, y ruinas mayas) acompañados de 6 últimos días en la zona de Bacalar y frontera con la ya visitada Belice, lejos del turismo de masas de Riviera Maya, que ya conocíamos de 2005.

Estábamos avisados de que no había problemas de seguridad en los lugares a visitar tanto en Chiapas (pudimos ver varios carteles, en ruta, con "Chiapas, el Estado más seguro de Mexico") como en el sur de Quintana Roo, donde realmente había poco turista.  Una gozada (era el objetivo!).

Chiapas, uno de los estados más pobres y, dicen, con mayor amor propio de Mexico ha resultado ser una zona cautivadora, llena de colores, sabores y contrastes. Solo ensombrecida en parte debido a las tediosas carreteras y sus "topes" (badenes). 

De verdad que quien no haya estado allí o tenga pensado visitar Chiapas en coche, deberá tener muy presente que las velocidades medias no superan los 30 km/h debido a malas carreteras e insufribles y numerosos "topes" (varios antes y después de cada pueblo, y también -lo peor- "en medio de la nada").

Tanto es así que -una vez visto el problema- nos obligó a modificar la ruta ya planificada del viaje y, en vez de pasar dos noches en Campeche, cancelar esas reservas e improvisar sobre la marcha una noche más en Palenque (en nochevieja) y otra en Mahahual (año nuevo). 

El viaje tuvo además un delicioso final en la costa del Caribe frontera con Belice, en rincones con poco turismo y por ello doblemente deliciosos.

Momentos para un recuerdo imborrable: San Juan Chamula y las ruinas mayas de Toniná, que consiguen impresionar. 

Como en cada viaje, he preparado un pequeño video.
https://youtu.be/-b0HRIiObGU

Y sigo contando...

Algunas cifras: la superficie de Mexico es casi 4 veces España, y Chiapas es solo el 4% pero equivale a unas 10 veces el Pais Vasco, o sea como Irlanda o Castilla la Mancha. Grande, por tanto...y tiene más de 5 mill. habitantes.

A los Mayas, una de las civilizaciones más importantes de América, aún llena de incógnitas, se les entiende mejor pegados al terreno. Y es que Chiapas no es un museo, allí se respira una tradición indígena heredera directa de los Mayas. Sí, esos que decían que el fin del mundo sería el 21/dic/2012. Menos mal!.

Me quedó la duda de si muchos indígenas tienen hoy ya cierto desencanto con los zapatistas y solo quieren "vivir en paz", porque realmente no sé si pasan un poco del tema.

Lo cierto es que Chiapas se ha ido quedando atrás, compensado en términos de paz y seguridad y la valiosa preservación de sus costumbres. El zapatismo quizás está hoy en crisis: dicen que hubo deserciones colectivas en sus filas...y en el campo no hay ningún futuro económico y laboral. Realmente, los gobiernos federal y estatal no tienen un plan de desarrollo integral para esta región.  
La verdad es que sus demandas políticas y sociales me parecen en su mayoría, legítimas y razonables.


El EZLN reclutó, organizó y movilizó a sus bases sociales con un discurso revolucionario pero después del fracaso militar del levantamiento de enero de 1994 y de la enorme solidaridad que experimentó el EZLN por parte de la sociedad civil nacional (e internacional!), el zapatismo ha tenido que ir modificando su discurso por uno más a favor de una transición democrática. 

De hecho, en 2018 será la primera vez, en sus 23 años de historia, que los zapatistas aspirarán a un cargo público para la presidencia de Mexico. Ello pese a que siempre se habían manifestado en contra de participar en procesos electorales (aunque nunca los boicotearon).


Una enorme diversidad cultural, étnica y también gastronómica (las salsas "picosas" y las habaneras eran una pasada, aunque es cuestión de "tolerancia" jaja), nos terminó de convencer definitivamente.

Pero empecemos por el principio...

CIUDAD DE MEXICO

El tomar un vuelo nocturno (25/dic noche) de 12 horas posibilitaba aterrizar el 26/dic a las 5am en la capital (antes conocida como Mexico DF). Había -7 horas de diferencia con España.

Un buen hotel (Las Suites Campos Eliseos, en Polanco,http://www.lassuites.com/) nos permitió el check-in a las 7am y para las 9,30 y tras un tremendo desayuno, nos dispusimos a visitar la capital (20 mill. habitantes) sin prisas y sin correr riesgos, conscientes además de que a media tarde el jet-lag con seguridad nos iba a obligar a una retirada necesaria y que nos íbamos a perder la apasionante noche del DF. 

Pero todo no podía ser,. Era un día de transición y decidimos dejar de visitar sitios clave como la animada Zona Rosa, o un plan más cultural-bohemio por las "colonias" (barrios) de Condesa, Roma, Coyoacán (y su mercado) o San Angel...o incluso el Bosque de Chapultepec, el mayor area verde de la ciudad, con su castillo y los Museos de Arte Moderno y Antropología. Otra vez será. Me creo que es una ciudad llena de encanto, vitalidad e identidad. Vibrante y con carácter. Una pena porque sabíamos que el DF ofrece mucho y variado. 

Pero vimos una ciudad enorme e impresionante. Unas simples cautelas con sentido común, taxis oficiales, pinta normal y sin ningún problema. Lo que nos habían dicho amigos mexicanos.

Nos decantamos por recorrer las calles del centro histórico, verdadero punto de encuentro de muchos lugareños por todo lo que ofrece, desde el espectacular Museo Nacional de Arte hasta la enorme plaza "El Zócalo", que alberga el Palacio Nacional y la Catedral de la ciudad. La Plaza de Garibaldi y el Museo del Tequila, donde los mariachis justo estaban descansando cuando llegamos: Hacía bastante calor...








En previsión de pocos "homenajes" durante el viaje, fuimos a comer a Hacienda Los Morales, alta cocina mexicana en un sitio de lujo. Muy recomendable (y asequible para el europeo).

Pero el jet-jag y el cansancio hizo que a las 5pm (0am en España) nos retirásemos ya al hotel, pensando en el vuelo a Tuxtla (capital administrativa de Chiapas) del día siguiente y todo lo que nos esperaba al llegar: Cañón del Sumidero y viaje en coche -de noche- hasta "Sancris", San Cristobal de Las Casas (capital cultural de Chiapas y una de las joyas coloniales de Mexico).
En el aeropuerto de Mexico DF vimos a unos mexicanos que, al abrir su maleta en la fila de facturación, llevaban un enorme ouija de madera. Flipamos en colores.

CHIAPAS

Había leído que era un "crisol de etnias" y es que el mestizaje de verdad me ha parecido tremendo. 

Tradiciones pre-hispánicas muy bien conservadas (posible escudo ante la influencia latina?), sincretismo cultural y religioso (chamanes en medio de un cocktel de oraciones cristianas, cultos paganos y lenguas mayas), un montón de lugares especiales y "mágicos".

Algo que inevitablemente atrae y seguirá atrayendo turismo y mochileros de todo el mundo: no hay marcha atrás. 




Realmente vimos poco folclore mexicano (salvo unos bailes típicos en la plaza de SanCris), lo que no nos importó, más bien al contrario porque vimos de cerca el estilo de vida propio de los indígenas. Con un indudable sabor de autenticidad. 

Gente tímida en general, a veces desconfiada, aunque muy agradable. 

Algo que no nos gustó nada fue ver en varias ocasiones cómo trataban o se dirigían algunos mexicanos (creemos que de fuera de Chiapas, de vacaciones) a indígenas o lugareños, un tema bastante clasista y con tintes de desprecio. Fatal.

Llegamos al aeropuerto de Tuxtla Gutierrez el 27/dic (ni pisamos la ciudad); ya teníamos una reserva de coche para 12 días con Europcar, a través de Rentalcars.com. Recomendable, cobertura full y buen precio. El coche era un Volkswagen GOL (sin "F"): un modelo que no se vende en Europa, solo fabricado en Brasil. Estaba "nuevo", con solo 800km, y francamente le sacamos chispas, sometiéndole a malas carreteras al principio, y a muy altas velocidades después. Cabían atrás dos maletones algo justos.

Maps.me fue de nuevo (tras usarla ya en Dubai y Tokyo) la app del movil que gratuitamente y sin usar datos ("off-line") te lleva y te trae de todos los sitios (con mapas descargados previamente); una app a veces con algunas imprecisiones y dudas, pero el balance final fue bueno. ¿Moverte sin mapas impresos por cualquier sitio del mundo en coche?: yo le perdono todo!.

Tiramos directamente, a solo 20 min. del aeropuerto, hasta el (primer) embarcadero.

CAÑON DEL SUMIDERO

Parque Nacional y una de las maravillas naturales de Chiapas. Las lanchas salían regularmente por el río Grijalva. Calor.




Un cañón impresionante, una falla geológica de 30km, con paredes de hasta 1.000m


Una pasada, vimos cuevas, cascadas, muchas aves (garzas, águilas y "pavones", tipo buitres), monos-araña y "un par" de inmóviles cocodrilos que, debo decir, parecían "colocados" allí. 
La ruta, de ida y vuelta en menos de 2h,, terminaba en la enorme presa hidroeléctrica de Chicoasén, construcción que consiguió hacer "navegable" el río.









Después, ya de camino a Sancris, paramos en el cercano CHIAPA DE CORZO, uno de los 4 "pueblos mágicos" de Chiapas, junto a Sancris, Palenque y Comitán de Dominguez, calificativo "turístico"que uno solo comprende por albergar tradiciones y magia en sus construcciones arquitectónicas, del siglo XVI. 

Pasear por este pueblo fue suficiente espectáculo, por los portales que rodean la plaza.

Un lugar con mucho encanto, con tienditas de ponchos, mantas y tapices, ambiente nocturno y una plaza animada. Comimos unos tamales buenísimos en un puesto callejero y salimos hacia Sancris, un trayecto de ascensión con muchas curvas (me equivoqué y no cogimos la "autopista" que eran solo 56 km.). Putada, y de noche...





SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS

Llegamos a Sancris a nuestro alojamiento, tarde y algo cansados. Tenía mucho encanto: NUIK Bed and Breakfast. Fantástico y MUY ACOGEDOR, regentado por Claudia, española, muy simpática. 
Los desayunos fueron realmente formidables y estabas a solo un  par de minutos del centro, con el coche aparcado en la puerta. 6 habitaciones que daban a una especie de patio precioso. Las excelentes críticas de Trip Advisor no exageraban. 100% recomendable. Salimos a cenar por el pueblo. Frío.

3 dias en el epicentro de los Altos de Chiapas. Una ciudad "recién pintada", donde se vive en la calle.










Observar a la gente era un pasatiempo divertido en esta preciosa ciudad colonial situada a unos 2.100m de altura (las noches eran frías y despejadas, con hasta 8 grados). Leímos que podías encontrar hasta 30 tribus indígenas diferentes, descendientes todos de los antiguos Mayas, famosos por sus productos textiles y de artesanía.  Hablaban en diferentes idiomas, prácticamente extintos. 

En medio de esta multiculturalidad, por la calle; cuenta-cuentos, músicos, puestecitos y un cierto ambiente bohemio
Solo un "pero", para mi gusto: había quizás demasiada gente (eso sí, más turismo nacional que extranjero). Y además, mucho tráfico fuera del centro (peatonal). Normal, era Navidad, pero la verdad hubiese preferido ver menos barullo.

Por ello, antes de desayunar en el Nuik, era una gozada pasear muy temprano, tomar un café en alguna terraza y fotografiar las calles aún medio vacías de "Sancris" desperezándose entre sus tejados y sorprendente arquitectura, y que tanto nos recordaba a La Antigua (Guatemala).

Perderse por sus calles, "pueblear" como ellos llaman, aún con gente, tomar unos mezcales en alguna terracita chiapaneca, viendo la encantadora movida cultural era un festín sensorial que te dejaba hechizado por la "energía" de esta ciudad (preciosa!) de calles empedradas y casas de colores. 

Curiosamente, algunos locales del centro tenían cierto aire "europeo"...aunque no desentonaban en exceso. 








Durante todo el viaje bebimos, entre Corona y Corona, "unas cuantas" botellas de vino blanco y tinto, muy ricas y ciertamente muy asequibles, pero en la arteria principal de SanCris (Andador Real de Guadalupe) dimos con una muy grata sorpresa: una vinatería impresionante. Excepcional y super-recomendable (Inter Vino San Cristobal), con un patio interior precioso y donde también podías picar algo.


Cientos de referencias de vino de muchos lugares del mundo. Exagerado!. Un paraíso.
Fuimos dos noches seguidas rendidos ante la calidad de los excepcionales caldos del estado mexicano de Baja California, con variedades de Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y otras autóctonas como Barbera y Zinfandel.


Y allí nos encontramos con este acertado cartel...



El 1er día en Sancris, hicimos una de las salidas más convincentes y emocionantes de todo el viaje, A solo 20 min. en coche...

SAN JUAN CHAMULA


Aquí las mujeres van con faldas de lana de oveja y los hombres con sombreros de felpa. Es otro mundo.

Impresionante este pueblo indígena, tan fotogénico y auténtico
Una comunidad desde hace casi 500 años, con sus propias leyes y policía local, al margen del gobierno mexicano. 




Junto a un colorido mercado de frutas y verduras, donde uno "se pasaría horas" mirando a la gente, destacaba una joya: LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA, preciosa por fuera pero cuyo impactante interior no se puede fotografiar, casi normal: sin bancos y con un suelo lleno de agujas de pino y de velas de varios colores (dependiendo de las peticiones), y rodeados de unas 40 urnas verticales destartaladas de madera tras cuyos cristales había coloridas esculturas de santos, santas y vírgenes, gordit@s, con sus nombres escritos, y a quienes se les regala un vestido "si cumplen" o se les pone contra la pared en caso contrario o incluso boca abajo...

La etnia maya tzotzil es la que se encarga de cuidar y organizar todo.








Pululando dentro de la Iglesia, o sentados en el suelo, curanderos tzotziles susurrando plegarias y algunos bebiendo pox ("posh", un licor de maíz). Un denso ambiente de humo de incienso y especias en el interior, te hacía empequeñecer ante semejante escenario, con la luz del sol entrando por las ventanas. No hay palabras, era algo asombroso...


Ufff, no tenemos ninguna foto (super-prohibido, y además son "muy rígidos" con las normas, así que ni lo intentamos para no buscarnos un lío). Vimos una devoción y solemnidad impresionantes. Leímos que rezaban para curar enfermos (que asocian a "males de espíritu"). Terminé algo desconcertado, aunque era algo que ya vimos en Chichi (Guatemala).

Tengo un vídeo de indígenas con ofrendas entrando a esta Iglesia, cortado in-extremis, y que se puede ver al final de este blog.

En el altar no había ningún Jesucristo sino más santos y más velas. No hay párroco ni se celebran misas. La verdad es que casi te veías fuera de lugar.  
Pero para mí ésta es justo la tecla" a tocar en un viaje: los más insólitos acostumbran a ser siempre los momentos más interesantes y emocionantes...los que jamás olvidas.




¿Todo esto dentro de una iglesia católica?. Sí, en Chiapas este es un punto culminante del sincretismo religioso, donde el catolicismo se funde con la cultura maya. Diré que San Juan Chamula casi valió la pena el viaje.





Después de peinar a fondo los mercadillos de San Juan Chamula, nos detuvimos muy cerca en otra parada obligatoria y también muy impactante: el PANTEON DEL BARRIO DE SAN SEBASTIAN. Impresionante y estremecedor hasta decir basta (en Mexico, a los cementerios les llaman panteones). El más espectacular y escénico de los tres que había en este pueblo.



Las ruinas de la Iglesia de San Sebastián sirven de lápida general para miles de tumbas con cruces de colores diferentes (según sean niños, adultos o ancianos los muertos enterrados). Domina un fuerte color marrón y el calor que desprende la tierra es el de los huesos de los muertos. 

Ciertamente daba respeto. Encontramos el sitio bastante desvencijado y algo sucio, incluso con algo de basura entre las tumbas, probablemente de celebraciones recientes de entierros.










ZINACANTÁN

A solo 11km. de San Juan Chamula, Zinacantán era otro municipio del Estado de Chiapas, rodeado de cerros, muy auténtico, donde la mayoría de sus habitantes era también tzotzil y solo veías unos pocos mestizos.
Hombres y mujeres conservan aún trajes tradicionales para uso cotidiano, hecho que solo te puedes explicar debido a un arraigo profundo de costumbres muy antiguas. 


Al entrar en el pueblo, nos paró una comitiva de chicas que nos "invitaron" a pagar unos pesos y, sí o sí, ir a visitar (un niño se montó en el coche para llevarnos) un centro textil municipal con la intención de mostrarnos diseños y ver cómo fabrican las coloridas telas y bordados (trabajo muy lento y complejo), artesanías, piedras de ámbar y también comer algunos tacos. Genial, trabajo fácil.
En el ticket ponía: "Las Autoridades Tradicionalistas del municipio de Zinacantán autorizan el pase de personas al Centro del Pueblo, no sin antes de entrar deberán de hacer su pago de cuota": 15 pesos (50 cent eur), en fin.






En la puerta de la IGLESIA DE SAN LORENZO, había una concentración de gente deliberando sobre asuntos "locales": fotos con cuidado. No se les entendía el idioma y hablaban muy bajo: se respiraba algo de tensión y no conseguimos enterarnos de nada.

El interior de la Iglesia fué de nuevo un poema: costumbres espirituales y religiosas que combinaban tradiciones antiguas, incluyendo seguir el calendario maya, con rituales cristianos. Otra vez sorprendente.

Todo permitido y amparado por un Vaticano que, por los pelos, probablemente prefiere esto a que se le vacíen las iglesias... un tema algo delicado y sin duda incómodo. Ya lo pudimos ver en Chichicastenango (Guatemala), donde un cura español nos confesó esto mismo (a él, le sacrificaban gallinas en la misma puerta de"su" iglesia).





Decidimos comer y beber cuantas Coronas (que no "Coronitas") y tacos variados pudimos en la terraza de un bar algo cutrer que vendía alcohol. Allí la Coronita es una Corona pequeña (20cl.). De lujo.
Excelente y económico a más no poder, como en todo el viaje, donde los precios nos parecían siempre tan baratos que muchas veces no nos salían las cuentas. 

Volvimos a SanCris para poder pasar allí la tarde/noche callejeando, todo estaba muy animado.
















Otro día fuimos desde SanCris a las CASCADAS DEL CHIFLON, un lugar especial ya que se trataba de una cadena de varias cascadas formadas por las corrientes del rio San Vicente -siendo la principal el "Velo de Novia" de (casi nada) 120 m. de altura- y que al caer forman unos pozos naturales de agua (muy fría) y de un intenso color azul, en medio de una enorme vegetación que uno iba recorriendo por un sendero ascendente de más de 1km. 









Lo mejor, arriba cogimos dos tirolesas seguidas, de 400 y 600m de longitud. Algo de respeto inicial, luego resultó una experiencia inolvidable, sobrevolando la selva. Muy emocionante.



Y lo de este burro, sin comentarios. No dábamos crédito...



Seguimos hacia COMITAN DE DOMINGUEZ (otro "pueblo mágico"), la ciudad más antigua de Chiapas. Nos pareció grande y nos limitamos a visitar solo el centro histórico, donde había una plaza preciosa con jardines llena de gente, ambiente navideño y banda de música municipal,,,, mientras comíamos/cenábamos en una terraza...







Era ya tarde y ya habíaamos decidido no ir a los Lagos de Montebello, ya casi en la frontera con Guatemala, muy lejos de SanCris. La vuelta hubiese sido eterna y nos apetecía mucho ir a vivir de nuevo la noche de SanCris.


Inciso obligado: EZLN

El 1/enero 1994 el subcomandante Marcos y su Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en su lucha por un trato más digno e igualdad de derechos de los pueblos indígenas, ocuparon San Cristóbal de las Casas y otras ciudades cercanas. Esta injusticia en Chiapas no era nueva y venía ya de muy atrás: todos los gobernantes nombrados desde Ciudad de México, con la complicidad de terratenientes locales, llevaban muchos años de poder casi feudal, generando muchas protestas. 

Pero fue en 1994 cuando la protesta fue más mediática. Poco después los guerrilleros tuvieron que retirarse a bases en la Selva Lacandona, frontera con Guatemala. El EZLN ya había dado un gran golpe de efecto por su causa al llamar la atención de la comunidad internacional.





La desigualdad de fuerzas entre guerrilleros y ejército mexicano (se habla de historias de terrible violencia) hizo que el carismático subcomandante Marcos se convirtiese en una figura de culto y el EZLN en un icono para los movimientos antiglobalización.

He leído que desde hace 23 años apenas ha habido avances políticos: varios intentos de diálogo fracasados y dos intentos fallidos de introducir los derechos de los pueblos indígenas en la constitución mexicana. Da la sensación de que todo está en stand-by: los zapatistas no hacen caso de lo que venga del gobierno y han creado una especie de sistema paralelo de sociedad. Por su parte, el gobierno mexicano parece ignorar deliberadamente a los zapatistas, lo que ha llevado a silenciar el problema a nivel internacional. Esta es la peor situación para la causa zapatista.

Los zapatistas actualmente están organizados en cinco comunidades ("caracoles") formadas por unos 30 municipios gestionados por unas "Juntas de Buen Gobierno", que funcionan de forma autónoma y totalmente desvinculada del gobierno mexicano

Increíble, verdad?.



La verdad es que nos quedamos con ganas de visitar algún "caracol" para ver de cerca la "resistencia" y el espíritu rebelde, pero nos cogían muy a desmano realmente, como Oventik o San Andrés. 
Leímos algunas experiencias de visitas de viajeros a asentamientos zapatistas y, aunque genuinas, desanimaban un poco: burocracia, vigilancia, mucha desconfianza y poca apertura, a lo mejor para evitar "fugas de información" que pudieran dañar la imagen oficial del zapatismo.




ZONA ARQUEÓLOGICA DE TONINÁ

Dejando ya Sancris, de camino a Palenque, paramos en Ocosingo (a 85 km de SanCris y 110km de Palenque) para ver unas ruinas mayas muy recomendadas por algunos viajeros. Un acierto.

Impresionantes y "menos rehabilitadas" que las de Palenque, lejos por tanto de demasiados turistas y tours organizados.



Aquí, en el suelo, uno al que le iban a cortar el cuello. Era un honor y un privilegio...


Toniná, fundada entre el año 300dC y el año 500, tuvo una enorme competencia y lucha contra el resto de ciudades del mundo cultural maya del momento, rivalizando con Palenque, Chichén Itzá o la todopoderosa Tikal.

He leído que hacia el siglo XIV, se inició la decadencia de muchas de estas ciudades: crisis y destrucción. Se decapitan y destrozan esculturas, las acrópolis son utilizadas como necrópolis por nuevos pueblos que, al enterrar a sus muertos, saquean viejas tumbas y ofrendas, a la vez que perforaban templos y palacios. 

Al final, tras mil años de existencia, la tierra y la vegetación cubrieron las ruinas de estas ciudades, que sólo tras una década de trabajos arqueológicos salen a la luz, permitiendo así el conocimiento de su existencia (en caso de Toniná, solo la quinta parte está excavada). 

Tremendo y en mi opinión Toniná resultó más interesante incluso que Chitzen Itzá, tan bien conservada.















Un guía nos enseñó todo en detalle y nos pareció una pasada. 
Escuchar contar de nuevo, en el campo del "Juego de Pelota", cómo los vencedores del partido eran decapitados con todos los honores resultaba increíble.

La bajada final por las escaleras de la pirámide principal, en un día nublado, escuchando de lejos el rumor de la selva y el eco de algún rugido de mono araña, fue una experiencia fascinante.


PALENQUE

Algo de lo que ya estábamos avisados: en un par de ocasiones nos pararon en carreteras del interior de Chiapas, lugareños pidiéndonos dinero para continuar la ruta (en la segunda ocasión, incluso portando un machete). Nada que 100 pesos (5 euros) no pudiese solucionar de manera rápida y efectiva. Estaban algo nerviosos y su temor vendrá probablemente de la posibilidad de que no fuésemos turistas o incluso que fuésemos algún "sabio" o jefe de la zona, que a buen seguro desaprobararía estas "prácticas", aunque el coche de alquiler probablemente nos delataba a la legua. 

Pero lo que no nos gustó nada eran algunas paradas repentinas provocadas por niñ@s que, sin avisar, levantaban una cuerda al paso del coche para venderte fruta...con algún que otro susto por frenazos en seco.
Lo hacían delante de sus padres. Al final, tras haber comprado bananas fritas, ya pasábamos despacio y ni parábamos.

De camino a Palenque, nos perdimos de visitar dos lugares recomendados: la Cascada de Misol-Ha (un salto de agua a 30m. de altura, que al parecer puedes ver "desde dentro") y las Cascadas de Agua Azul, que en fotos vimos que tenían piscinitas naturales con un precioso azul turquesa.
Quizás con las Cascadas del Chiflón fue ya suficiente, y además tampoco hacía tanto calor como para bañarse en aguas frías.
Pero así pudimos visitar la zona arqueológica de Toniná. Si vas por Chiapas en coche,. verás que necesariamente tienes que elegir porque "todo es mucho".

Llegamos a Palenque casi de noche. Era el primer hotel (Hotel Chan-Kah, http://www.chan-kah.com.mx/). Excelente.



Primero nos dimos un masaje y después, antes de cenar, nos atrevimos a una sesión de TEMAZCAL: un "baño espiritual corporal mental medicinal tradicional". Inédito: calentaban 52 piedras volcánicas "para hacer 4 puertas para cada punto cardinal" incluyendo un ritual, cantos, rezos, mascarilla de barro,...

El Temazcal es más que un simple baño de vapor beneficioso para la salud, o eso nos decían (...). 
Es un ritual maya sagrado (duró 1h aprox.) en el que se representa el regreso al vientre de la madre para volver a nacer y que el espíritu "pueda renacer más libre de como entró". Lo hicimos en 4 etapas ("puertas") en las que sanar los cuerpos físico, mental, emocional y espiritual. 

¡Para qué quieres más...!: dentro de una construcción como un pequeño iglú, en traje de baño y cubiertos de barro, sentados y totalmente a oscuras, sudando a borbotones y repitiendo oraciones y canciones en maya que nos hacía un maestro de ceremonias con taparrabos. 

Surrealista. El final no fue cómodo: la última "puerta" implicaba una subida de temperatura casi insoportable, tras haber seguido poniendo piedras volcánicas calientes (13 en cada fase) en un foso central donde el tipo echaba agua. 

Hubo varias "deserciones" pero algunos llegamos al final, algo exhaustos.
Solo para gente poco aprensiva y con mente abierta. A mí me gustó, nunca rechazo posibilidades de experimentar cosas insólitas...que siempre respeto.


Al día siguiente, y a escasos 5 min. de nuestro hotel en coche, llegamos temprano a la ZONA ARQUEOLÓGICA DE PALENQUE, pero aquello era ya un hervidero de gente a la entrada: sin sitio para aparcar, le dejé las llaves del coche a un aparcacoches oficial, que me lo estaría moviendo varias veces en segunda fila...
Al ser Navidad había mucho turismo mexicano.








1.000 años enterradas, y en medio de una densa selva tropical virgen, al pie de las colinas de las montañas Usumacinta, con unos templos y edificios que databan del 400 al 700 dC. Se cree que solo un 10% ha sido descubierto...

Patrimonio Cultural de la Humanidad, impactante e imperdible, dicen que es son de las ruinas más extraordinarias del mundo, una de las primeras que se descubrieron (siglo XIX) y de las más majestuosas y mejor conservadas. Cuando la alcanzamos, un día muy despejado, no la vimos tan sobrecogedora y con aspecto misterioso como resultaría en medio de niebla. 

Espectaculares. Centro artístico, religioso y astronómico,destacaba una enorme pirámide cubierta de escaleras (el Templo de las Inscripciones), donde estuvo enterrado el rey Pakal. Cogimos un guía muy simpático, que nos enseñó además a hacer unas fotos increíbles.



Tenía un interesante mercadillo de artesanías donde hicimos unas cuantas compras.

En lo alto de una de las torres, uno veía las copas de los árboles abrigando las pirámides; resultaba algo intimidante.




Tras decidir que no podíamos ir a Campeche (teníamos ya dos reservas en un hotel, y la cena de nochevieja en otro), por el tiempo inesperado en cubrir la distancia con carreteras tan malas, sustituimos el itinerario previsto, programando pasar una noche más en Palenque (justo la nochevieja) y otra "forzada" en Mahahual (año nuevo): no había disponibilidad en hoteles de la zona, malas fechas...y Booking que tampoco ayudó mucho (aunque ya sabemos que muchas veces los hoteles no colocan todo a través de webs de este tipo).

La Nochevieja en Palenque (en un restaurante con música latina en directo, volumen a tope) nos permitió conocer el pueblo (otro de los 4 "pueblos mágicos" de Chiapas), un lugar con encanto (para variar!), y MUY tranquilo. 






Este es el restaurante de la nochevieja, y el muñeco de trapo en una silla que había justo a la entrada, completamente relleno de petardos, luego quedó como quedó. La verdad es que fue bastante peligroso: en un momento,  pareció que la traca se les fue de las manos: salían petardos disparados como flechas...





Tras la cena, dimos un paseo por el pueblo pero había ya poco ambiente y algunos petardos.

Al día siguiente madrugamos un poco para meternos entre pecho y espalda Palenque - Mahahual, ya por una buena carretera (muy recta y ancha, bien asfaltada y sin "topes") que permitía ir ya muy rápido: una velocidad "inconfesable" nos posibilitó llegar en menos de 6 horas. Nos desquitamos.

Soprendentemente, la diferencia horaria en el area de Chetumal, cambió de -7h a -6h. respecto a España, y un poco de lío ya con los relojes...

MAHAHUAL

Destino inesperado, era un pequeño pueblo costero en medio de la nada que, si bien tenía encanto, no nos gustó demasiado por cómo estaba preparado
A lo largo de un malecón recién renovado de casi 2km, veías más tiendas y restaurantes de los esperados; aparte de que -increíble!- tenía cerca un muelle de cruceros (pudimos ver varios),  y la estrecha playa tenía mucha alga y bastante suciedad... 



Me quedo con la puesta de sol, un pescado a la plancha muy rico para cenar, y un espectacular amanecer. 

Para olvidar el (lamentable) Hotel BLUE KAY (http://www.bluekaymahahual.com/es/inicio/), cuyas -conocidas de antemano- pésimas y casi unánimes críticas en TripAdvisor no evitaron que recalásemos allí para dormir solo el 1/enero: y es que no había ningún hotel libre en muchos kilómetros a la redonda. Todo lo malo se fue confirmando: habitaciones, servicio, atención,...El precio de la habitación, de rejón (dadas las fechas). Su web es engañosa. Y lo sabíamos...













Desde Mahahual nos dió tiempo a visitar, a 20 min. de la costa, un paraíso submarino: Banco Chinchorro, el atolón coralino más grande de Mexico, 

Qué pena.. pero pude comprarme allí  una máscara negra acolchada de lucha libre: la de "El Rayo de Jalisco", un héroe nacional en el mundo mexicano del Wrestling de los años 60. Me da respeto cuando cuando me la pongo y me miro al espejo jaja.


Pero nos aguardaban aún unos días realmente fantásticos...






LAGUNA DE BACALAR

Tocaban 3 noches en una laguna, lo que pintaba de maravilla. 
Cerca de otro poblado de origen maya, Bacalar, el pueblo más antiguo del Estado de Quintana Roo, famoso por su laguna "de siete colores" visibles cuando hace sol (por las diferentes profundidades), un lugar de descanso espectacular a 350 km. al sur de Cancún y a unos 40km al norte de Chetumal. Poca gente, afortunadamente.

Habíamos reservado una cabaña en un hotel excelente (Rancho Encantado, http://www.encantado.com/), al que sacamos chispas, y cuyo muelle de madera hacia posible ver las noches estrelladas sentado con un buen ron...después de un buen masaje. Vidorra máxima.








Un día visitamos el cercano CENOTE AZUL, precioso, una maravilla natural que cuenta con una profundidad de unos 90m y unos 200m de ancho. 



Y también visitamos el pueblo de BACALAR, donde fuimos al portentoso Fuerte de San Felipe, una imponente fortaleza construida en el siglo XVI para proteger a la población de los frecuentes ataques piratas. Muy bien conservado, con los cañones antiguos en su interior y unas vistas magníficas de la Laguna al atardecer. 





Un tequilita en la plaza del pueblo, donde nos medio explicaron la diferencia entre el tequila y el mezcal.



A saber: El tequila solo se hace con ágave azul (y siempre mezclado con "otras cosas"), solo se elabora en 5 estados y se hace de forma industrial. Por contra, el mezcal puede hacerse hasta con 14 variedades diferentes de ágave (100%), tiene 8 denominaciones de origen y se hace artesanalmente. A mí particularmente me gusta más el mezcal, resulta más suave.

Pero realmente lo mejor de la estancia fueron los dos días seguidos que alquilamos una lancha para recorrer la Laguna de Bacalar, de unos 40 km2, zona natural protegida y rodeada de selva. Una experiencia que nos permitió situarnos mejor. 




En uno de los extremos, en una zona de poca profundidad conocida como "Los Rápidos", por donde ya no pueden pasar los barcos, subimos andando/nadando por el cauce de un río y bajamos por el cauce de otro, arrastrados por una suave corriente. Impresionante. Aguas cálidas y limpias, de color azul, celeste, verde esmeralda, la verdad es que parecía el mismo Caribe. 









Como curiosidad conocimos unas de las formas vivientes más antiguas del planeta: los Estromatolitos, una riqueza natural protegida, de naturaleza rocosa, y que tiene mucho potencial para perdurar como un fósil, ya que fueron los primeros seres vivos formadores de arrecifes. 
Al parecer están empezando a deteriorarse. Un puntazo verlos de cerca, eran como estructuras laminadas que crecían verticalmente en las orillas de la Laguna, pegadas al suelo y que producían estructuras muy diferentes.




Visitamos el Canal de los Piratas, de muy poca profundidad, donde pudimos exfoliarnos todo el cuerpo con la arena del fondo (que olía a azufre, algo desagradable) y nadar luego por allí. Espectacular y paradisíaco. Repetimos al día siguiente. Todo es compatible, Chiapas quedaba ya lejos...











Los últimos dos días del viaje, antes de tomar un vuelo Chetumal-Ciudad de Mexico, los pasamos en otro pueblo, pero ahora en la costa.




XCALAK 

Buscábamos un remanso de paz en la costa donde hubiese poca gente...y lo conseguimos. A 60 km. al sur de Mahahual (por una buena carretera casi totalmente "recta") estaba quizás uno de los pocos rincones inalterados del Caribe mexicano.
Como lo cuento. 
Nuestro hotel estaba quizás enfocado a divers norteamericanos (http://www.costadecocos.com/inicio.html), por la cercanía a Belice (precios y carta en usd) y aunque muy básico, resultó más que digno. Cabañas amplias y un buen restaurante con "de todo", así que genial. En la playa, algo mal para bañarse: el agua se mezclaba con los manglares.







Dimos cuenta de este pez, muy fresco y sabroso...











Hace tiempo Mahahual y Xcalak estaban comunicadas con Chetumal, capital de Quintana Roo, por medio de un ferry. Pero ahora solo hay carretera. Desde Xcalak fuimos en lancha por el Canal Zaragoza, un canal artificial (que construyó el ejercito) que facilita la comunicación de la Bahía de Chetumal con el mar Caribe, sin tener que cruzar aguas territoriales de Belice. 
Puntazo, allí estaban con una patrullera...

Pese a ello, el día que alquilamos la lancha, nos metimos por el río Bacalar Chico, entre manglares y canales -buscando manatíes -dentro del mismo Belice- y viendo rayas. Salimos de nuevo por la Bahía de Chetumal: snorkel y delfines.

Tratamos, sin éxito, de convencer al patrón del barco de que al día siguiente nos llevase a Tranquility Bay (en Belice), un lugar espectacular e inolvidable en el que ya estuvimos en julio 2015, a solo una hora de lancha desde Xcalak!, pero no hubo forma: normal, cruzar a otro país -aún con pasaporte- sin pasar el debido control de aduanas, era un riesgo excesivo. 










Hicimos un snorkel algo mediocre incluso pasando el arrecife, comparado con el de la cercana Belice donde lo recordamos realmente fantástico, con tiburones, enorme mantas y morenas. Ciertamente, los continuos ciclones y huracanes por la zona no dan tiempo a que los corales se revitalicen...y nos dijeron que Belice al parecer tiene mejores programas de mantenimiento de arrecifes coralinos...
Pudimos ver delfines, lo cual siempre emociona.







Xcalak es una pequeña comunidad (menos de 300 hab.) con unos niveles de pobreza importantes.

Realmente la escasa oferta hotelera (lo comprobamos al ver algún hotel cerrado, incluso en fechas navideñas), calles sin asfaltar, pocos negocios y acumulación de basura sólida en la playa y calle, daban pistas de abandono, falta de inversiones y desinterés institucional y privado frente a otras opciones con mucho más punch de turismo de masas: Cancún, Playa del Carmen, Tulum,...







El segundo día decidimos movernos aprovechando el coche, y visitamos un pequeño hotel que justo estaba sin huéspedes porque habían salido a bucear. El dueño nos dijo: os pongo unos tragos pero si vuelven, os vais y tal...en fin, el sitio nos encantó.
Tenía lo más parecido a una playa guay que habíamos visto hasta ese momento; limpia y muchas menos algas. 

Pura vida!







Y seguido fuimos a otro hotel, Tierra Maya, muy cerca del nuestro, que (supuestamente) estaba cerrado...o sin clientes. 
Nos hicimos fuertes. Empezamos tomando unas cervezas y al final el encargado se enrolló y terminamos comiendo de todo en un lugar precioso. Solos. Un apoteósico baño al atardecer de fin de viaje, al final del muelle, nos dejó un excelente sabor de boca, antes del madrugón del día siguiente hasta Chetumal (205km) y devolver ya el coche (tan sucio por dentro y por fuera...).




El vuelo de Chetumal hasta Ciudad de Mexico, un par de horas reales de duración, pero solo una "de reloj" al ganar la diferencia horaria. Aterrizamos en el DF bajo una enorme nube de contaminación, claramente visible. 



No salimos del aeropuerto, donde tuvimos que esperar casi 7 horas a despegar. Era la única manera de terminar este viaje. Al volar con Iberia, facturamos a Bilbao directamente. En Madrid, la escala era de solo dos horas. Perfecto. Lo peor fue llegar a Bilbao y comprobar que habíamos pasado de 32 grados en la costa del Caribe a rozar los cero grados....

Ha sido un viaje muy variado y de contrastes, desde Ciudad de Mexico, pasando por una visión cercana de Chiapas (con unas tradiciones muy genuinas, tan vivas, complejas, coloridas y bien conservadas) y una semana final de descanso en algunos sitios de costa espectaculares. 

El contacto con los indígenas, las visitas a las zonas arqueológicas, los días en Bacalar y Xcalak,...y la gastronomía (hemos probado de todo) y vinos (que nos han encantado) han conformado una excelente experiencia viajera.


1.805 km en coche de alquiler que no nos han parecido agotadores, sin ningún susto ni problema de seguridad, y que nos ha servido para seguir conociendo mundo a nuestro aire y con la mayor flexibilidad.

Chiapas nos deparó más de lo esperado: un sitio maravilloso entre selvas y cascadas. Un lugar con sus propias leyes. 

Creo que este es un viaje "seguro" y muy recomendable en el que además, salvo un día por la noche, no nos llovió apenas (allí era temporada "seca") ni había mosquitos, y en el que unicamente diría de hacerlo mejor fuera de Navidad para ver menos gente en Chiapas, consiguiendo así incluso mejores precios en hoteles. Quizás también evitaría Mahahual e iría a Xcalak si, después de la Laguna de Bacalar (visita obligada), quedase algún día libre. 

Por otro lado, el no haber podido al final conocer Campeche (preciosa ciudad colonial amurallada en el Golfo de Mexico) nos dio bastante pena. Con muchos más días, cruzar a Guatemala, si no lo conoces, o dedicar más tiempo a otros lugares de Chiapas que no pudimos visitar, sería un plan aún mejorado.

Aupa Athletic y Puxa Asturies!!


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